Puesto que la expulsión duraría años los clubes ingleses iban a ver disminuidos sus ingresos y sus oportunidades de conquistar títulos, por lo que la Super Cup fue fundada para tratar de paliar el problema económico y ofrecer una competición adicional que ganar.
La intención original de la Football League era que la Super Cup se convirtiese en una competición anual mientras durara la expulsión de los clubes de las competiciones UEFA (que finalmente resultaron ser cinco años) pero la competición fue vista como un pobre sustituto del glamour de los torneos europeos; no ofrecía nada diferente a las dos competiciones coperas existentes, la FA Cup y a la Football League Cup; y tampoco ofrecía al menos una final auténticamente copera en el Estadio Wembley.
El interés por la competición fue tan bajo que la Football League fue incapaz en un principio de encontrar ningún patrocinador para ella.
Irónicamente, Martin Edwards, el presidente del Manchester United, escribió en el programa del partido inicial contra el Everton FC que esperaba que la Super Cup "sólo durara una temporada" al esperar que la sanción de la UEFA durara sólo un año.
La abolición de la competición no tuvo nada que ver con una posible amnistía para los clubes ingleses, pues la sanción se prolongó hasta 1990.