Inicialmente gobernada en 4 sectores controlados por las potencias aliadas (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética), las tensiones de la Guerra Fría escalaron hasta que las fuerzas soviéticas implementaron el bloqueo de Berlín, el cual los aliados occidentales aliviaron mediante un puente aéreo.
Kennedy se tuvo que apoyar en consejeros para poder pronunciar las frases en idiomas no maternos; tenía acento de Boston y por eso tuvo que escribir en sus notas de mano «Ish bin ein Bearleener» para poder hacer una lectura fonética adecuada.
Kennedy afirma una primera vez «Ich bin ein Berliner» al comienzo de su discurso.
En los Estados Unidos ha quedado como leyenda urbana que las palabras pronunciadas por Kennedy en alemán eran ambiguas, ya que hubiera sido más claro decir «Ich bin Berliner» (sin artículo indeterminado), y que por esta razón el público entendió «Ich bin ein Berliner», es decir «Soy una berlinesa» (una masa frita rellena de mermelada, llamada en alemán «Berliner Pfannkuchen»).
Por otra parte, parece inverosímil un error tan simple, ya que el texto fue consultado anteriormente por el periodista Robert Lochner y el canciller alemán Willy Brandt.