Quedan vestigios de una muralla que demuestra su colonización en los últimos momentos del Imperio romano.
Posteriormente, los jutos debieron tomar esta primitiva construcción a finales del siglo VII.
Desde ese momento su gobierno fue confiado a alcaides como representantes de la corona, que sería su legítima propietaria en adelante.
Poco después sus dos hijos más pequeños fueron también confinados allí, en este lugar también falleció la princesa Isabel de Inglaterra en el año 1650.
Setenta y un escalones conducen a la torre del homenaje desde la cual puede disfrutarse de una magnífica vista.
La mayoría de las salas se encuentran parcialmente amuebladas, aunque éstas sean interesantes por sí mismas gracias a sus chimeneas y otros detalles arquitectónicos.
Carisbrooke sirvió para nombrar a otra estructura muy diferente en las antípodas del Reino Unido.
El English Heritage planea convertir las antiguas instalaciones del servicio en alojamientos que puedan ser disfrutado por el público visitante de Carisbrooke.
Los permisos administrativos han sido ya solicitados y su transformación de uso se producirá durante el año 2007.