[10] Los siguientes individuos han sido los directores del NIAID:[11] Denota servicio como director en funciones El NIAID está compuesto por la Oficina del Director (OD), cuatro divisiones externas: y tres divisiones internas: El Centro de Investigación de Vacunas Dale y Betty Bumpers (Dale and Betty Bumpers Vaccine Research Center)[13] está compuesto por cuatro laboratorios y dos programas: Las prioridades de investigación del NIAID se centran en: Las áreas de misión del NIAID son: Los objetivos en esta área son encontrar una cura para las personas infectadas por el VIH; desarrollar estrategias preventivas, incluir vacunas y tratamientos como prevención; desarrollar estrategias terapéuticas para prevenir y tratar coinfecciones como la tuberculosis y la hepatitis C en personas infectadas por el VIH; y abordar las consecuencias a largo plazo del tratamiento del VIH.
Los objetivos de esta área de misión son comprender mejor cómo estos agentes infecciosos que emergen deliberadamente (es decir, causados intencionalmente) y que emergen naturalmente causan enfermedades y cómo responde el sistema inmunológico a ellos.
[15] Por ejemplo, las colaboraciones del NIAID con varios socios llevaron al desarrollo de vacunas aprobadas por la FDA para la influenza (FluMist), la hepatitis A (Havrix) y el rotavirus (RotaShield).
Además, las asociaciones del NIAID con la industria y el mundo académico han llevado al avance de las pruebas de diagnóstico para varias enfermedades infecciosas importantes, incluida la malaria (ParaSight F), la tuberculosis (GeneXpert MTB/RIF) y el norovirus (Ridascreen Norovirus 3rd Generation EIA).
El NIAID ha realizado investigaciones sobre la transmisión maternoinfantil o TMI (mother-to-child transmission, MTCT) del VIH.
En 1994, un estudio copatrocinado por el NIAID demostró que el medicamento AZT, administrado a mujeres infectadas por el VIH que habían recibido poca o ninguna terapia antirretroviral (TAR) previa, reducía el riesgo de TMI en dos tercios.
Científicos financiados por el NIAID descubrieron que hacer pruebas de VIH a los bebés en riesgo y luego administrar TAR inmediatamente a aquellos que dan positivo reduce drásticamente las tasas de enfermedad y muerte.
Este hallazgo ayudó a influir en la OMS para cambiar sus directrices para el tratamiento de bebés infectados por el VIH.