El término connota la percepción negativa que el público general tenía hacia este cine, el cual se consideraba inferior, al punto de ser ignorado por los críticos.Las primeras películas de cine B a menudo usaban el mismo personaje en varias cintas.La llegada del cine sonoro confirmó el oligopolio cinematográfico, absoluto control del mercado por parte de un limitado número de empresas, las llamadas Majors: Warner Bros, Metro Goldwyn Mayer (MGM), Paramount, RKO, 20th Century Fox, Universal Studios, Columbia Pictures y United Artists.Las empresas se esmeraban en controlar la producción, la distribución y la exhibición; esta última era la más importante.Además, se comenzó a ofrecer una segunda función que constaba de películas clase B.El período que pasaba entre una gira y otra, es decir, el reestreno en salas menores, se llamaba despeje.Cada uno tenía su plantel de actores, directores, guionistas y técnicos, especialmente dedicados a producir películas clase B.Cada cine tenía su héroe especial al que los espectadores elegían seguir hasta el final de la serie.Entonces la película clase B destinada a una segunda función dejó de tener interés económico, por lo cual con el tiempo se fueron desmantelando las unidades que se dedicaban especialmente a las películas de bajo presupuesto.El cine clase B propició las condiciones para que los cineastas experimentaran y crearan nuevos lenguajes o abordaran temáticas menos comunes.Esta subcultura se regocija en juegos que consisten en bromear y criticar películas de clase B en público.En su trama tres personajes dialogan a manera jocosa mientras se trasmiten partes bien excéntricas de dichas películas clase B.El fenómeno, dicho sea de paso, se ha extendido al internet en forma escrita con algunas diferencias.En esta actividad, llamada también MST'ear, la habilidad literaria de los amateurs es el combustible buscado para producir una diversión basada en la crítica informal.El propio Harrison afirmó que su mayor contribución al cine fue rechazar el papel protagónico en el western Por un puñado de dólares, y haber recomendado a Clint Eastwood en su lugar.