El nuevo puerto debía sustituir al anterior puerto fluvial de Ostia, situado en la margen izquierda del Tíber frente a Portus, y que acabó siendo prácticamente inutilizable para barcos de gran calado debido a la acumulación de los detritos depositados a lo largo del tiempo en la desembocadura del Tíber.El puerto estaba constituido por dos muelles que formaban un semicírculo, dentro del cual se hallaba un imponente faro construido con el casco del barco que transportó desde Egipto el obelisco destinado al Circo de Nerón en la Colina Vaticana.El posterior desarrollo del puerto fue favorecido por el emperador Trajano, quien en el año 112 d. C. mandó reparar la obra empezada por Claudio, por entonces ya cubierta de arena, tal como los expertos habían predicho.El sistema de canalizaciones realizado durante el reinado de Claudio aseguraba la conexión fluvial con Roma a través de un segundo canal que enlazaba el puerto con el río Tíber, conocido como Fossa Traianea, a la vez que también era posible alcanzar la capital por la ruta terrestre que suponía la Via Portuense.La escala fluvial de Portus adquirió una importancia cada vez mayor a lo largo del tiempo, alcanzando durante el reinado de Constantino I el Grande (313-314) la completa autonomía política y administrativa.Debido a su importante posición estratégica, el puerto sufrió numerosas incursiones en el siglo VI durante la época de las invasiones germánicas, y posteriormente, las incursiones de los árabes en el siglo IX.