Aparece con mucha más frecuencia en la mandíbula que en el maxilar superior, tiende a aumentar de tamaño lentamente causando anormalidades severas de la cara y mandíbula, por lo que se considera un tumor benigno localmente agresivo.
Debido a que la proliferación anormal de las células fácilmente infiltra y destruye los tejidos óseos circundantes, se requiere una escisión quirúrgica amplia para tratar la enfermedad.
[4] Este tipo de neoplasia odontogénica fue definida como un adamantinoma en 1885 por el médico francés Louis Charles Malassez,[5] siendo finalmente denominado con el nombre actual ameloblastoma en 1930 por Ivey y Churchill.
Los síntomas incluyen edema indoloro, deformidad facial en casos severos, dolor si la hinchazón comprime otras estructuras, perdidas dentales, úlceras, y enfermedad periodontal.
La enfermedad afecta con más frecuencia al cuerpo posterior y el ángulo de la mandíbula, pero puede presentarse en cualquier parte del maxilar inferior o superior.
El ameloblastoma se asocia a menudo con muelas del juicio impactadas, una de las razones para que los odontólogos recomienden su extracción.
En un estudio detallado en 345 pacientes, la quimioterapia y radioterapia parece estar contraindicadas para el tratamiento de ameloblastomas.
A menudo es preciso retirar márgenes amplias alrededor del tumor para asegurar un buen pronóstico.