Edgardo Mortara

Mortara creció como católico bajo la protección del Papa Pío IX, quien rechazó las desesperadas súplicas de sus padres por su regreso.

Siendo adolescente se le dio libertad a Mortara para volver con sus padres, lo que efectivamente realizó, aunque un mes después decidió retornar a la ciudad de Roma, en razón de los conflictos que le provocaba que sus padres no compartieran su ferviente catolicismo ni aceptasen sus constantes exigencias para abandonar la fe judía.

Refugiado en un seminario austríaco y recibiendo una pensión vitalicia del Papado, en 1873 decidió hacerse sacerdote.

Su padre murió en 1881 y su madre falleció en 1890, ambos rechazando siempre la insistencia de su hijo para convertirse al catolicismo.

El llamado «Caso Mortara» conmovió a la opinión pública de la época y, más recientemente, ha sido causa de las críticas que recibió la beatificación del papa Pío IX en el 2000.

Años antes, el propio Mortara había manifestado su deseo de que Pío IX -a quien "consideraba como un padre"- fuera declarado beato.

El padre Mortara tiene una calle dedicada en Oñate, Guipúzcoa, localidad en la que residió durante cierto tiempo hacia 1884.

El secuestro de Edgardo Mortara Leví . Óleo por el pintor judío Moritz Daniel Oppenheim , 1862.
Edgardo Mortara de adulto como sacerdote agustino (derecha) y su madre (sentada).