[1] Blackstone había desarrollado un gran interés en derecho consuetudinario, y en 1753 comenzó a dar conferencias sobre ese tema.
Sin embargo, esta última virtud se logró en parte porque Blackstone desdibujó las dificultades y contradicciones de la ley inglesa.
Le dio a todo el tema un aire de integridad e interdependencia mutua como si fuera un sistema lógico uniforme, y suprimió o ignoró sus aspectos arcaicos y, en cambio, aclamó la ley inglesa como la encarnación de la sabiduría del siglo XVIII.
Su obra fue traducida al francés por Auguste-Pierre Damiens de Gomicourt, Bruselas, 1774, y por Nicolas-Maurice Chompré, París, 1823.
Samuel Warrens editó en 1855 una nueva edición en que indicaba los cambios acaecidos desde 1765 en la Constitución británica.