La villa fue una de las muchas moradas señoriales construidas por los Farnesio en sus propios dominios.
El proyecto para una fortaleza defensiva fue preparado originalmente por Antonio de Sangallo el Joven.
En 1559, por voluntad del cardenal Alejandro Farnesio, el proyecto fue modificado, aunque manteniendo la planta pentagonal, y la dirección de los trabajos fue encomendada a Vignola.
La construcción se transformó en un imponente palazzo renacentista, como residencia veraniega del cardenal y de su corte.
En el centro de la residencia se abre un patio circular en dos plantas, con el nivel superior ligeramente retirado.