Toma su nombre de Imerina, el nombre dado a las tierras centrales, pobladas principalmente por clanes del grupo merina, cuya capital espiritual era Ambohimanga, teniendo como capital política a Antananarivo.
El rey Andriamasinavalona fragmentó y repartió el reino entre sus cuatro hijos, lo que posteriormente dio lugar a enfrentamientos entre ellos.
El nuevo rey tuvo como objetivo reunificar el reino y expandirse por Madagascar, lo que fue conseguido bajo el reinado de su hijo Radama I,[1] quien se abrió a las relaciones internacionales con los misioneros y diplomáticos europeos.
Su política dio lugar a una revuelta por parte de la aristocracia, lo que llevó al primer ministro, Rainivoninahitriniony, a dar un golpe de Estado contra el monarca, tras lo que fue puesta en el trono Rasoherina, viuda del rey.
El siguiente representante real, la reina Ranavalona II, convirtió el país al cristianismo e hizo que todos los sampy (talismanes ancestrales de la realeza) fueran quemados en público.