Seymour Hersh

Siguió la pista hasta llegar al secretario (ministro) de Defensa, Donald Rumsfeld y la Casa Blanca.Según el galardonado periodista las razones de Estados Unidos para atacar esta infraestructura tan importante para Alemania, era que tenía miedo que Berlín levantara las sanciones contra el gas ruso debido a un «gélido invierno».[10]​ Según Hersh «Con las tropas rusas reunidas en la frontera con Ucrania y la guerra más sangrienta en Europa desde 1945 a la vista, el presidente Joseph Biden vio los oleoductos como un vehículo para que Vladimir Putin usara el gas natural como arma para sus ambiciones políticas y territoriales».[16]​ Durante dicha sesión del Consejo de Seguridad, el economista Jeffrey Sachs, compareció y declaró que «una acción de este tipo solo puede haber sido llevada a cabo por un agente estatal».Enumeró a los distintos países que a su juicio podrían haber cometido el sabotaje: Estados Unidos, Reino Unido, Polonia, Noruega, Alemania, Dinamarca y Suecia «ya sea de forma individual o coordinada».Además declaró que las investigaciones llevadas a cabo por los distintos organismos de inteligencia de los distintos Estados occidentales, han confirmado que «Rusia no aparece implicada».