Hasbro posee los derechos de explotación en Estados Unidos y Canadá, Mattel en el resto del mundo.
Cada jugador recibe un número específico de fichas (o letras) extraídas aleatoriamente.
Butts se concentró en la última categoría que involucra tanto a las habilidades como al azar.
Se obtenían puntos adicionales por utilizar letras poco comunes (B, F, H, M, P, V, W, Y) y un mayor número de puntos adicionales por emplear las letras más inusuales (J, K, Q, X, Z).
Del mismo modo, cuando lo presentó a dos fabricantes de juegos, Parker Brothers y Milton Bradley, solo recibió una cortés negativa.
Lexiko cambió de nombre varias veces, llamándose sucesivamente New Anagrams, Alph, Criss-Cross y Criss-Crosswords.
De nuevo le fue denegada la patente para el juego y varios fabricantes rechazaron su propuesta.
Con la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, Butts abandonó el desarrollo del juego hasta 1948.
Brunot compraba las piezas para fabricar el juego y las montaba con ayuda de su esposa.
El juego le entusiasmó de tal manera que al volver a Nueva York pidió a su Departamento de Juegos que le mandaran unas cuantas unidades.
Durante tres años, se tuvo que racionar el servicio de Scrabble a las tiendas, ya que la demanda no dejaba de aumentar y el fabricante no podía satisfacerla.
Ese mismo año, J. W. Spear & Sons lanzaron el juego en Gran Bretaña, donde se convirtió en un éxito de ventas inmediato.
Desgraciadamente, James Brunot murió en octubre de 1984, por lo que nunca llegó a ver el primer campeonato mundial del juego, pero Alfred Butts sí tuvo la suerte de verlo (asistió a la competición de Nueva York y quedó maravillado al ver lo lejos que había llegado su invento).
Butts siguió jugando al Scrabble con su familia y sus amigos hasta el final de sus días.
Este hombre modesto y sin pretensiones vivió para ver cómo su creación se convertía en un fenómeno mundial.
Los juegos en español vendidos fuera de Norteamérica usan estas 100 fichas: Los acentos prosódicos son ignorados.
Las letras K y W no están ya que se usan muy poco en palabras en español.