[4] En 1919 ayudó a establecer la Asociación de Parques nacionales (NPA) en la que se desempeñó como secretario ejecutivo.[5] Trabajó para promover los parques nacionales en Estados Unidos y también para educar a los estadounidenses acerca de su aprovechamiento.Se casó en 1895 con Mary Belle Moffat y tuvieron una hija llamada Margaret.Yard y Mather se habían conocido cuando ambos trabajaban para el New York Sun y se hicieron amigos; incluso Yard había sido el padrino en la boda de Mather en 1893.[3] El ataque publicitario encabezado por Yard y Mather causó la creación del Servicio de Parques Nacionales.[3] Mather fungió como su primer director y designó a Horace Albright como subdirector, ubicó a Yard en el Comité Educativo de los Parques nacionales que conformaba solo él y un secretario.[4] Cuando Mather sufrió una crisis nerviosa en enero de 1917 y tuvo que tomar una prolongada licencia, creyó ser el siguiente en la línea para ocupar el cargo de director interino del NPS.Yard se convirtió en una importante figura en esta nueva sociedad y fue elegido su secretario ejecutivo.[5] Sus deberes como único empleado a jornada completa del NPA eran prácticamente los mismos que había tenido en el NPS, el de promover los parques nacionales y educar a los ciudadanos acerca de su aprovechamiento.En su obra de 1919 The Book of the National Parks, señaló que la característica principal de casi todos los parques nacionales era que su paisaje había sido forjado por procesos geológicos o biológicos.[7] Sus estándares también insistían en la «completa conservación», es decir, la anulación del mercantilismo y la industrialización.[8] El Congreso aprobó en 1920 la Ley de Energía Hidráulica que concedió licencias para desarrollar proyectos hidroeléctricos sobre tierras federales, incluyendo los parques nacionales.Mather abogaba por alojamientos lujosos, las comodidades de la ciudad y otras atracciones para promover la visita a los parques.Tales críticas desanimaron a Yard que de vez en cuando se sentía aislado y menospreciado por sus colegas.[27] Por consiguiente siguió chocando con otros en cuanto a la legislación sobre propuestas de parques.Fue haciéndose lentamente a la idea y en 1931 apoyó la propuesta con la condición de que el área permaneciera en su forma original, con limitado desarrollo turístico.[32] Aunque el grupo no se materializó, pronto lo invitaron a ser socio fundador de la Wilderness Society.Otros miembros fundadores incluían a los notables conservacionistas Bob Marshall, Benton MacKaye, Bernard Frank y Aldo Leopold.[11] Controló la sociedad desde su casa en Washington D. C. y sin ayuda de nadie produjo The Living Wilderness durante sus primeros años, aunque solo hubo una publicación anual hasta 1945.[38] Después de su muerte, tres miembros de The Wilderness Society llevaron a cabo sus deberes; Benton MacKaye lo sustituyó oficialmente como presidente, pero el secretario ejecutivo Howard Zahniser y el director Olaus Murie controlaron la sociedad durante las próximas dos décadas.Lo emprendió con una frescura tal que negaba su edad y reveló, como nadie más podría, la vitalidad de su inspiración.
Horace Albright disfrutando una «cena de osos», Yard se oponía a este tipo de publicidad.