Se han producido numerosas películas, series de televisión y dibujos animados basados en sus obras.
Su infancia en un medio rural dejará una importante huella en sus novelas del campo, como La Table aux Crevés(1929), La Jument verte (1933), Gustalin (1936) o La Vouivre (1943).
Sin demasiado interés por los estudios, se dedicó a ejercer diferentes oficios (empleado bancario, agente de bolsa, periodista).
Aunque sus comienzos literarios no estuvieron exentos de problemas, finalmente alcanzó el éxito con La Table aux Crevés, que obtuvo el Premio Renaudot en 1929, y, sobre todo, con La Jument verte (1933).
Durante la ocupación, publicó otros muchos libros, y colaboró activamente con el órgano colaboracionista Je suis partout, lo que se le reprocharía posteriormente.