Además es la composición más antigua del ordinario de la misa debida a un único compositor.Se desconoce la circunstancia específica para la cual fue compuesta la obra, aunque cabe decir que persiste una infundada leyenda que la atribuye a la coronación del rey Carlos V de Francia en 1364.A las tres voces que eran habituales en las obras polifónicas de la época, Machaut añadió una cuarta voz para contratenor.[2] Esta unidad se logra principalmente a partir de la homogeneidad estilística más que por cualquier recurso musical propiamente tal.Las partes del Gloria y el Credo están compuestas en un estilo silábico (una sílaba por cada nota), probablemente debido a la longitud de sus textos.