Félicien David

Desde la infancia manifestó excepcionales dotes por la música, y, tras haber quedado huérfano a los 5 años, entró como niño del coro en la iglesia del Salvador de Aix-en-Provence.

Finalmente, en 1844 con su oda sinfónica Le Dèsert atrajo la atención del público y de la prensa.

Después probó fortuna repetidamente con varias obras para coro y orquesta (Oratorium Moisés, 1846; Sinfonía coral Columbus, 1847; Misterium Eden, 1848) que no obtuvieron ni de lejos el éxito de Le Dèsert.

Además, sus óperas, como por ejemplo La perle du Brésil (1851), Herculanum (1859), Lalla Roukh (1862) y Le Sapier (1865) lograron, pese a los aplausos, un corto número de representaciones.

En 1869 fue distinguido por la Academia Francesa con el premio oficial de 20 000 francos, y a la muerte de Berlioz fue nombrado bibliotecario del Conservatorio y miembro del Instituto.

Woodburytipo de Félicien David.