Erich von Däniken
Asistió a la escuela católica internacional de Saint-Michel en Friburgo (Suiza).[6] Dos años más tarde,[10] von Däniken fue condenado por «repetida y mantenida» malversación de fondos, fraude y falsificación; el fallo del tribunal alegaba que el escritor había estado viviendo una vida al estilo de un playboy.[6] Su primer libro, Recuerdos del futuro, había sido publicado en la fecha de su juicio, y sus ventas le permitieron pagar las deudas y dejar el negocio hotelero.Básicamente, von Däniken da explicaciones inusuales a determinadas características de piezas arqueológicas, cuyo origen, según él, no estaría suficientemente documentado por la arqueología académica.Dichas explicaciones se basan en premisas no demostradas por la ciencia, como es la existencia de vida extraterrestre inteligente (hipótesis aceptada por la ciencia), que pudiera haber viajado por el espacio -en algún momento del pasado- hasta nuestro planeta (hipótesis no aceptada al no existir ninguna prueba fidedigna).Debido a sus hipótesis, en 1991 se le otorgó el premio Ig Nobel de literatura (otorgado por una revista humorística) por su libro Recuerdos del futuro, en el que explicaba que la civilización pudo haber sido influida por astronautas extraterrestres.Aquí queda claro que von Däniken defiende la postura científica del creacionismo alienígena.En realidad, el texto Samara-angana-sútradhara contiene seis versos (95 a 100 del capítulo 31) que apenas mencionan los vímanas, sin mencionar nada acerca de fuego, mercurio o una cola, pero es sencillo acomodar las observaciones a los intereses, lo que es justo lo contrario de lo que hacen los científicos.La mano derecha no está manejando los controles de un cohete, sino simplemente haciendo un gesto tradicional maya de veneración, que otras figuras en los laterales del sarcófago también hacen.