Más tarde se convirtió en panfletista e intentó avanzar en el campo de la partería.
Nada parece saberse de su vida hasta su matrimonio con Peter Cellier, un francés, y su conversión del anglicanismo.
Al darse cuenta del verdadero carácter de este hombre, Lady Powis dejó de ayudarlo más y él, en venganza, decidió denunciarla al gobierno por estar involucrada en una nueva conspiración papista.
Se realizó una búsqueda y el papel en cuestión fue encontrado en una tina de comida.
Lady Powis y Cellier fueron arrestadas, al igual que algunos otros católicos, entre ellos el conde de Castlemaine.
Los honorarios se utilizaron para establecer casas parroquiales donde cualquier mujer pudiera dar a luz.