Su libro De la fréquente communion (1643) fue la clave que le indujo a dirigir los objetivos e ideales de este movimiento hacia la comprensión del gran público; esto le acarreó tantas enemistades que se vio forzado a esconderse y, durante veinte años, no se atrevió a mostrarse en público en París.Doce años después, la Paz Clementina puso fin a sus problemas: fue amigablemente recibido por Luis XIV y tratado como un héroe por el pueblo.No obstante, diez años más tarde, la persecución contra los jansenistas se reavivó.Sus últimos dieciséis años fueron una controversia incansable con los jesuitas, así como con los heréticos de todo tipo.Antonio Arnauld murió a los 82 años, en 1694, enfermo, y tras padecer largas vigilias temiendo por su seguridad.Apenas pisó el pequeño jardín, cubriéndose decorosamente con sábanas para no ser descubierto por vecinos y transeúntes curiosos.Dice Macias Fattoruso en su estudio sobre la abadía de Port-Royal des Champs: En las semanas previas a su despedida escribió tres testamentos.“Pese a mí mismo —dijo un día Arnauld con cierta amargura—, es rarísimo que mis libros sean muy cortos”.