Aisha bint Abi Bakr

Su intelecto y conocimiento en varios campos, incluyendo la poesía y la medicina, fueron ampliamente alabadas por escolares de la fama de Urwah ibn al-Zubayr, como lo describió después Ibn Shihab al-Zuhri.Fue un modelo a seguir para los demás, así como una importante consultora religiosa y política.Su padre, Abu Bakr as-Siddiq, se convirtió en el primer califa en suceder a Mahoma.Aisha participó en la batalla, dando discursos y dirigiendo a las tropas desde la retaguardia o el frente, otros sugieren que al principio fue por retaguardia, y luego se puso en el frente por las perdidas, mientras iba a lomos de un camello.Aisha acabó perdiendo la batalla (debido a su inexperiencia probablemente) pero su participación y determinación dejaron una impresión duradera, sobre todo por recibir flechas directas al cuerpo y solo soltar un suspiro, incluso cuando se las quitaron.[8]​ Debido a su participación en esta batalla, los musulmanes chiíes tienen una opinión generalmente negativa de Aisha.Después de esto, se retiró a Medina donde vivió tranquilamente durante más de dos décadas sin participar en política, reconciliándose con Ali y no se opuso al califa Muawiya.Todas las discusiones y el debate sobre su edad se basan, en primer lugar, en los varios hadices, que como es sabido no son universalmente aceptados en las diferentes ramas de la fe islámica.[12]​ Sin embargo, al-Tabari afirma que Aisha tenía diez años.[cita requerida].Otras fuentes tradicionales, en particular el Sahih al-Bujari, considerada entre los sunitas como la colección más auténtica entre los hadices,[13]​ afirman que Aisha se casó con Mahoma a la edad de siete años, y el matrimonio con Mahoma (que contaba entonces con 53 años según se cree) se consumó a los nueve años en Medina.También se ha escrito que Asma murió cuando tenía cien años, en el año 695 AD.Esto quiere decir que Asma tenía al parecer veintisiete años durante la Hégira.Ambos se bañaban en la misma agua y ella yacía tumbada ante Mahoma mientras él oraba.[23]​ También existen varias tradiciones que revelan el afecto mutuo entre Mahoma y Aisha.Según cuenta la historia, Aisha abandonó su Howdah con el fin de buscar un collar que había perdido.Ella permaneció en el campamento abandonado hasta la mañana siguiente, cuando Safwan ibn Al-Mu'attal (un nómada y miembro del ejército de Mahoma) la encontró y la llevó de vuelta hacia el campamento militar donde la esperaba Mahoma.Mahoma decidió visitar a Aisha y hablar directamente con ella acerca de esos rumores.Como resultado de esto, cada vez que Záynab le ofrecía miel, él pasaba más tiempo en su apartamento.[30]​ Aisha se involucró en la política del incipiente islam y en la de los tres primeros califatos.Durante un tiempo en que no se esperaba que las mujeres contribuyeran fuera del hogar, Aisha pronunció discursos públicos, se involucró directamente en la guerra, luchó en batallas y ayudó a los hombres y mujeres a comprender las prácticas de Mahoma.Como califa, Abu Bakr, fue el primero en establecer directrices para la nueva posición de autoridad.Su oposición hacia Uthmán se hizo latente cuando el Califa maltrató y pegó a Ammar ibn Yasir, un Compañero de Mahoma.Aisha se enfureció y habló públicamente diciendo: "¿Cuando habéis olvidado la práctica del Profeta?Al recibir dichas cartas, la gente de la comunidad musulmana le cortaron el agua y los suministros a Uthmán.Cuando Aisha observó este comportamiento no se podía creer que «ofrecieran tales indignidades a una viuda de Mahoma».Los rebeldes propusieron a Ali ibn Abi Tálib como Cuarto Califa y legítimo sucesor de Mahoma, al ser su yerno.Cuando Mahoma se casó con Aisha en su juventud, era accesible «... a los valores necesarios para dirigir e influir en la hermandad de las mujeres musulmanas».Aisha supo transmitir las ideas que expresan la práctica del Profeta Mahoma (Sunna).Debido a esta expansión, se permitió la separación de sus esposas para hacer valer su condición sagrada.No solo era el apoyo de Mahoma, sino que aportó inteligencia académica al desarrollo del Islam.
Aisha y Ali en la batalla del Camello