[2] Scoville localizó el origen de la epilepsia en los lóbulos temporales mediales izquierdo y derecho, y sugirió una extirpación quirúrgica bilateral del lóbulo temporal medial como medida de tratamiento.
[2] Henry Molaison perdió aproximadamente dos terceras partes de su hipocampo, giro hipocampal y amígdala.
Su hipocampo parecía haber quedado completamente infuncional, ya que los 2 cm restantes parecían atrofiados, y además, toda la corteza entorrinal (el principal centro de comunicación con el hipocampo) había sido destruida.
El caso fue mencionado por primera vez en un artículo por el propio Scoville y Brenda Milner, en el año 1957.
Debido a su condición vivió siempre con sus padres y posteriormente con un pariente, no se casó ni tuvo hijos.
[2] Su cerebro fue donado a la ciencia, mientras que su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Hillside en East Hartford, Connecticut.
[12] Dado que Molaison no mostró ningún empeoramiento en su rendimiento memorístico después de la cirugía, la extirpación bilateral del lóbulo temporal medial se considera responsable de este desorden memorístico.
Consecuentemente, puede asumirse que los lóbulos temporales mediales son los componentes cerebrales más involucrados en la formación de recuerdos episódicos y semánticos a largo plazo.
Smith y Kosslin (2007) describen los lóbulos temporales mediales como una zona de convergencia para la codificación episódica.
[12] En un estudio conducido por Milner en los primeros años 60, Molaison adquirió la nueva habilidad de dibujar una figura mirando a su reflejo en un espejo.
[12] Otras pruebas de que su aprendizaje motor se hallaba intacto fueron proporcionadas por un estudio desarrollado por Suzanne Corkin (1968).
Los experimentos que involucraban el estudio del primado de repetición validaron la capacidad de Henry Molaison para adquirir recuerdos implícitos (no conscientes), en contraste con su incapacidad para adquirir nuevos recuerdos episódicos y semánticos.
Estos hallazgos subrayan la importancia que tenían, en su caso, los fragmentos preservados extrahipocampales para la memoria semántica y de reconocimiento, y mejoran nuestro entendimiento de las relaciones entre las diferentes estructuras del lóbulo temporal medial.
Esto sugiere que los recuerdos de la infancia no se encuentran almacenados en el lóbulo temporal medial, mientras que los recuerdos a largo plazo más recientes sí parecen guardar una relación más estrecha con esta estructura cerebral.