Al-Mamún reinó entre los años 813 y 833, Sucedió a su medio hermano al-Amín tras una guerra civil, la Cuarta Fitna, durante la cual la cohesión del califato abasí se vio debilitada a causa de las rebeliones y el ascenso de fuertes líderes locales.
Se le conoce también por su apoyo a la doctrina del mu'tazilismo y por encarcelar al imán Ahmad bin Hanbal, el aumento de la persecución religiosa (mihna) y por el retorno de la guerra a gran escala contra el Imperio bizantino.
La biblioteca estaba compuesta de libros que tocaban todas las disciplinas conocidas por entonces, incluyendo la literatura, las ciencias naturales y la lógica.
Fue en esta época dorada en la que los maestros árabes trajeron el álgebra y sus caracteres especiales (los numerales arábigos) a la Europa Occidental procedentes de la India.
Sin embargo, debido a que expresó el resultado obtenido en codos (y se ignora exactamente su equivalente en la actualidad), algunos autores desmerecen su trabajo.
En los últimos días de vida de Harún su salud empeoraba y vio en un sueño a Musa ibn Ya'far sentado en una recámara rezando y llorando, lo que hizo recordar a Harún lo duro que había luchado por establecer su propio califato.
Al-Amín reunió un inmenso ejército en Bagdad con 'Isa ibn Mahan a su cabeza en 811 e invadió Jorasán, pero el general jorasaniano de al-Mamún, Táhir ibn Husáyn, destruyó al ejército e invadió Irak, poniendo un sitio a Bagdad en 812.
En 813 Bagdad cayó, al-Amín fue decapitado por órdenes del general Táhir, y al-Mamún se convirtió en el califa indiscutible.
[5] Al-Mamún justificó esta decisión afirmando que al-Rida —“el aceptable,” a quien los chiíes duodecimanos consideran su octavo Imán— era la persona más calificada para el liderazgo político de la comunidad.
En particular, atribuían esta actitud del califa a la "maléfica" influencia de su gran visir Fal ibn Sahl, quien era pro-persa.
De acuerdo con algunas tradiciones, al-Mamún le ofreció al Imán Reza el califato, lo que este rechazó varias veces.
Sus planes no tuvieron éxito, sin embargo, pues el chiismo se hizo aún más popular con la creciente popularidad del Imán en Merv.
Si bien al-Mamún ordenó que se le sepultara junto a su padre Harún al-Rashid y mostró extremo pesar durante el rito funerario y se quedó en el sitio tres días, la sospecha generalizada era que al-Mamún le había asesinado envenenándole.