Durante este período, al-Kázim, al igual que los imames anteriores, intentó evitar el conflicto directo con los califas, luchando negativamente y respetando la taqiyyah.
Sin embargo, el movimiento científico que alcanzó su apogeo con las actividades de Muhámmad al-Báqir y Yá‘far al-Sádiq les dio a los imames chiitas una posición especial en la sociedad islámica y esto había causado la preocupación de los califas abasíes.
Según Ibn Khallikan, el historiador sunnita, cuando alguien lo calumniaba, Musa le enviaba un regalo.
Sus títulos famosos son: Kázim, Sabir, Salih, Abd al-Salih, Qaím, Nafs al-Zakiyya, Wafí (leal), Amín y Bab al-Hawaíy.
[4] Según Ibn Khallikan, el historiador sunnita, cuando alguien lo calumniaba, Musa le enviaba un regalo.
[12] Entre las esposas de Musa al-Kázim, se han mencionado a "Naymah" y "Umm Ahmad".
[13] Naymah Jatún era la madre de Ali ibn Musa al-Rida y Fátimah al-Masúmah.
[14] Según Qarashi, muchos historiadores la llaman "Tuctam", pero también se denomina "Jayzoran", "Arwa" y "Umm al-Banin".
Abbás, Qásim, Ismaíl, Yáfar, Harún, Hasan, Abdulah Awakalani, Ishaq, Obaidullah, Zaid, Fadl, Hasan, Husáin, Sulaimán y Bibi Hakimah estaban entre los otros hijos de Musa, quienes la mayoría de sus madres eran esclavas.
Si bien Rasul Ya'farian opina que el mes de su nacimiento no se ha registrado en ninguna fuente.
Era a la edad de cuatro años que al-Saffah, llegó al poder como el primer califa abasí.
Al-Mansur le mandó al gobernante revisar el testamento de al-Sádiq y matar a lo que se presenta como su sucesor.
[27] El desacuerdo entre los chiitas en determinación del próximo imám después de Yá'far al-Sádiq preparó las condiciones para surgir varias sectas.
[33] Según Rasul Ya'farian, al principio califas abasíes se llevaban bien con los alauitas durante un tiempo.
Por esta razón, era natural que los califas abasíes consideraran a los chiitas como sus rivales políticos y fueran sus enemigos.
[34] Aunque su método contra el gobierno abasí no incluía la acción militar, aprovechó todas las oportunidades para desafiar su legitimidad.
Cuando al-Mansur le entregó los regalos recogidos a al-Kázim, se los dio todos al pobre poeta.
[41] Según Ibn Khallikan, después del arresto, el califa vio en un sueño a Ali ibn Abi Tálib que estaba recitando este verso del Corán: ¿Si les fuera dada autoridad, acaso no sembrarían la corrupción en la tierra y cortarían los lazos familiares?
Rabi', temiendo que algo pudiera pasar, arregló los preparativos de su regreso a Medina la misma noche.
[5] Según Ya'farian, Musa le pidió a al-Mehdi Abbasi, quien afirmó estar buscando justicia, que le devolviera Fadak, que había sido tomado por la fuerza del Ahl al-Bayt, pero el califa no lo cumplió.
Según Ya'farian, entregar Fadak a Musa podría significar desvirtuar las medidas de los califas anteriores y además, proporcionaría a Musa muchas posibilidades financieras que podrían ser peligrosas para el gobierno, por lo tanto el califa no aceptó esta solicitud.
Según Sheij al-Saduq, el muhaddiz chiíta, Musa al-Kázim, en respuesta a la invitación de Harún, dijo: "Si no hubiera escuchado de mi abuelo que la obediencia al emperador es obligatoria por taqíyyah, nunca lo habría aceptado".
[55] Durante este período, los abogados de al-Kázim se hallaban en Egipto, Kufa, Bagdad, Medina y otros lugares, donde la población chiita era mayor.
[57][58][59] Además, tenía muchos debates científicos, algunos de los cuales se llevaron a cabo durante su infancia.
[65][5] Según Rasul Ya'farian, el historiador chiita, los carceleros de al-Kázim, eran influenciados por su ascetismo y adoración, se negaron a mantenerlo en duras condiciones.
[67] Los sunitas consideran a al-Kázim como un narrador confiable, aunque creen que se han quedado pocas narraciones de él.
[74] Según algunos relatos históricos, Fadl ibn Yahya tenía un gran respeto por al-Kázim y le proporcionó condiciones cómodas en prisión; esto enfadó al califa, que estaba en Al Raqa entonces y emitió una carta ordenando el asesinato de al-Kázim.
Yahya llevó a Sendi la orden del califa y Sandi lo envenenó con dátiles.
Según este informe, Musa testificó que ahora se encuentra en una buna condición, pero le han dado siete dátiles envenenados, cuyo efecto será evidente en el color de su rostro mañana y morirá al día siguiente.
[77] Al principio, había estado una mezquita cerca del santuario en la que los chiitas solían entrar y visitar las tumbas de los dos imanes.