James Lovelock

Su invento, el detector de captura de electrones, permitió detectar componentes tóxicos en regiones tan remotas como la Antártida.

Contrario al armamentismo nuclear, promovió un uso pacífico de la energía nuclear como único recurso para disminuir el abuso de los combustibles fósiles y evitar que el sistema atmosférico llegue a un punto sin retorno que lo desestabilice.

Durante su estancia en Estados Unidos llevó a cabo distintas investigaciones en la Universidad Yale, el colegio de medicina de la Universidad de Baylor y en la Universidad Harvard.

Según comentó en una entrevista concedida al diario El País, aunque se vio obligado a ceder la patente al gobierno de los Estados Unidos no se siente frustrado por este hecho.

La Geological Society of London lo galardonó con la medalla Wollaston en 2006 por la «creación de un campo de estudios enteramente nuevo en ciencias de la tierra», la ciencia del sistema Tierra.