La mayoría de los nombres de género no son fijos y se basan más en semejanzas fenotípicas que en sólidas consideraciones evolutivas y filogenéticas.
(2010)[4] no entra en conflicto con esta nomenclatura, aunque parecería preferible identificar todas las especies del clado C1a con el mismo nombre para reflejar las estrechas relaciones evolutivas entre estas especies.
[4] Por otro lado, se han utilizado al menos cuatro nombres de género para especies del clado C1b: Lymnaea Lamarck, 1799; Galba Schrank, 1803; Fossaria Westerlund, 1885; y Bakerilymnaea.
[4] A la luz de los resultados actuales, sería preferible unificar la nomenclatura.
Finalmente, como se dijo anteriormente, Austropeplea Cotton, 1942 no es un grupo monofilético, y el empleo del género Kutikina Ponder & Waterhouse, 1997 (una especie: Kutikina hispida) parece injustificado sobre la base de la filogenia actual.
[4][11] Sería preferible utilizar Bullastra Pfeiffer, 1839 para todas las especies del clado C3a para ajustarse a la CINZ.
[14] Esta familia exhibe una gran diversidad en la morfología del caparazón, pero rasgos anatómicos extremadamente homogéneos.
[4] Por el contrario, la anatomía de sus tractos reproductivos (incluida la próstata, el pene y el prepucio) es extremadamente homogénea.
[4] Los estudios inmunológicos, citogenéticos, de electroforesis enzimática y los enfoques basados en el ADN han demostrado una amplia homoplastia en los caracteres anatómicos.
[4] Los Lymnaeidae son de gran importancia médica y veterinaria, ya que actúan como vectores de parásitos (helmintos, principalmente trematodos, por ejemplo, trematodos hepáticos Fasciola) que afectan gravemente a las poblaciones humanas y al ganado y provocan importantes pérdidas económicas.