La bolera donde aprendió y practicó sus habilidades la construyó él mismo (en la actualidad bolera "Rogelio González") y la cuidaba con tal esmero que apenas dejaba jugar a sus propios hermanos en ella.Rogelio se aficionó rápidamente y la nueva modalidad le obliga a practicar continuamente lo que le llevó a desarrollar su pulso y será origen de su forma de juego, desde entonces buscaría el impacto directo en la base del bolo, el estacazo, y es en este tiro donde fundamentaría su futura técnica.Regresó a Cantabria en 1929 y años más tarde comenzaría una amistad con el Zurdo de Mazcuerras.La expectación era enorme, los aficionados se contaban por centenares y abarrotaban la vieja bolera de Barrecabras.El último encuentro se retrasó hasta el 28 de octubre, ganando Rogelio este memorable desafío, si bien Federico Mallavia, en una tarde de inspiración y buen juego rebajó la ventaja, quedando en 25 puntos por 24, lo que sirvió para que las discusiones no cesaran.El Zurdo era un especialista del emboque debido a su excepcional puntería y precisión matemática.Sin embargo nunca ganó un trofeo de emboques, aunque esta jugada le proporcionó singulares victorias y campeonatos.Se cuentan por decenas las anécdotas del Zurdo, ganó cuantiosos premios por toda la geografía cántabra, destacando su facilidad de emboque y por su excepcional pulso.