El Reino Unido lanzó una fuerza expedicionaria para devolver los archipiélagos a su dominio.[2] El «avión civil» alude en particular, aunque no exclusivamente, a los Boeing 707 de la Fuerza Aérea Argentina, que habían sido interceptados fuera en varias ocasiones por los Sea Harrier.[1] La Marina Real británica pedía reglas de empeñamiento más flexibles para poder atacar al portaviones Veinticinco de Mayo.[1] Los submarinos nucleares no podían atacar buques de superficie a menos que fuera en defensa propia.[1] El 23 de abril, el HMS Splendid detectó al portaviones cerca de Puerto Belgrano pero se le negó autorización para atacar.