Yves Congar

En la Segunda Guerra Mundial fue hecho prisionero durante cinco años en un campo de concentración nazi.Profesor en Le Saulchoir, su libro Verdadera y falsa reforma en la Iglesia fue objeto de duras censuras.Su apoyo a los curas obreros y su solidaridad con la causa de la justicia social no hizo más que complicar su situación.[1]​ Sorpresivamente, Juan XXIII le encomendará trabajar en los documentos más importantes del Concilio Vaticano II, junto a otros teólogos en aquel momento considerados avanzados como Joseph Ratzinger o Henri de Lubac, y otros siempre heterodoxos como Karl Rahner, Edward Schillebeeckx o Hans Küng.A Congar le preocupa el papel de la jerarquía en la Iglesia y no escatima críticas sinceras.