Yumiko Ishihama

Presentó su trabajo demostrando que en el siglo XVIII tibetanos, mongoles y manchúes compartían una concepción común del término «gobierno budista», lo que implicaba para ellos una relación simbiótica entre la religión y el Estado[1]​ estableciendo una base diplomática tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra.

Es profesora en la Universidad de Waseda y ha dado varias conferencias a un público japonés sobre estos temas.

[6]​ Para la antropóloga brasileña Ana Cristina O. Lopes, Ishihama mostró en un artículo publicado en 1993 que ya se hacía referencia a la creencia según al cual el Dalai Lama es una manifestación de Avalokiteśvara en la biografía del primer Dalai Lama escrita en 1494.

[7]​ Para el escritor Patrick French, Yumiko Ishihama demostró con elementos de fuente manchú que el primer principio de la intervención del emperador Kangxi en el Tíbet a principios del siglo XVIII era proteger las enseñanzas budistas.

[8]​ Según la historiadora del arte Isabelle Charleux, Yumiko Ishihama demostró que Qianlong adoraba a Sitâpatrâ, una divinidad tutelar de los Qing.