Es conocido por su aspecto externo, similar al de una mezquita.
El arquitecto Martin Hammitzsch diseñó el edificio siguiendo indicaciones de Zietz.
Durante algún tiempo se la llamó popularmente la “mezquita del tabaco”.
En lo alto del edificio hay en la actualidad un restaurante desde el cual se pueden obtener hermosas vistas de la ciudad.
Además, el área justo debajo de la cúpula se utiliza todas las semanas para contar cuentos.