En 1790 comenzó a estudiar actuación en San Petersburgo bajo las enseñanzas de Iván Dmitrevski y debutó en escena en 1797.
Fue al poco tiempo la intérprete líder en las obras de William Shakespeare, Jean Racine, Friedrich Schiller y Vladislav Ozerov.
También fue enseñada por el poeta Nikolái Gnedich.
Semionova fue admirada por su belleza, su voz profunda y su forma apasionada de actuar.
También fue popular por su rivalidad con la actriz francesa Marguerite Georges, la otra gran dama del teatro ruso en la primera mitad del siglo XIX.