Se considera que está guardado en el Santuario de Ise, en la Prefectura de Mie, Japón.El espejo representa la sabiduría y la honestidad.En la Mitología japonesa, el espejo fue colgado de un árbol por la diosa Ame-no-Uzume para enseñar el reflejo de Amaterasu al salir, mientras ella se mantenía encerrada en una cueva.Junto a la espada Kusanagi, estos elementos fueron pasados al nieto de Amaterasu, Ninigi-no-Mikoto para pacificar Japón.Desde ese momento, formaron parte de los tesoros nacionales que pasan de generación en generación en la Casa Imperial Japonesa.