Tras creerse vencedor en la lucha contra su hermana Amaterasu, diosa del Sol, Susanoo, el dios de los Océanos y las Tormentas, arrastrado por el orgullo del triunfo destruyó campos de cultivo y esparció excrementos por los altares sagrados.
El mundo, sin la iluminación del sol, oscureció y los dioses, atrayendo a los espíritus malignos.
Amaterasu entreabrió la roca que cerraba la cueva, mirando con curiosidad la causa de tal alboroto.
El dios Futo-dama extendió una cuerda sagrada para impedir que Amaterasu volviera a esconderse en la cueva.
Uzume todavía es adorada hoy como kami o deidades de la religión sintoísta del Japón.