es una expresión japonesa que hace referencia a la «personificación de la mujer japonesa ideal»,[1] o al «epítome de la pureza y belleza femenina».
[2] La expresión es una metáfora floral:[3] Yamato es el antiguo nombre de Japón, y Nadeshiko es una especie de clavel cuyo nombre científico es Dianthus superbus.
En sentido general, se atribuye a personas con una educación tradicional.
Desde el punto de vista tradicional, la mujer japonesa ideal es aquella que actúa en torno al beneficio de su familia, mostrando sumisión y obediencia a figuras de autoridad patriarcal.
Sus virtudes son: la lealtad, la capacidad interna, la humildad y la sabiduría.