Sobre el terreno se observan restos cerámicos, molinos, pulimentados e improntas de cabaña.
No se aprecian restos de construcciones ni estructuras murarias.
El cerro tiene una altitud máxima de 912 metros y los materiales cerámicos y arqueológicos se extienden a lo largo de cinco hectáreas.
Este hábitat puede considerarse un asentamiento típico de altura perteneciente al mencionado periodo.
No parece que pudiese presentar algún tipo de estructura arquitectónica de gran envergadura que pudiera relacionarse con una cerca o muralla.