[3] Durante mucho tiempo, esta leyenda llegó a considerarse como realmente historia pero hoy esta hipótesis ha sido rechazada por los especialistas que han llegado a datar el emplazamiento en época visigoda o tardorromana.
Estos restos arqueológicos se encuentran situados en la partida del mismo nombre (Valencia la Vella), en un cerro aislado por el barranco de los Pozos y el río Turia.
[5] Durante el siglo XX se desarrollaron diferentes excavaciones y campañas arqueológicas para profundizar en el conocimiento de este emplazamiento.
Así, en 1927, el Centro de Cultura Valenciana se ocupó del yacimiento; pudiéndose mencionar las actuaciones dirigidas por Domingo Flecher en 1952, Gerardo Pereira entre 1978-1979 y por Carmen Aranegui en 1980.
[5][6] Estos estudios permitieron descubrir e identificar un edificio de grandes dimensiones; por los materiales empleados en su construcción (sillares trabajados), y por su estructura, se catalogó como una basílica paleocristiana.