Su estilo por momentos era surrealista y fue ampliamente copiado tanto dentro como fuera de Alemania.
Algunos de sus libros tienen notas autobiográficas, tales como Leonard, un delicioso cuento excéntrico[4]), a book partly inspired by his then-six year old son Leonard (now an illustrator himself[5]), about a boy who overcomes his fear of dogs by becoming a dog himself.
[3][6] Muchos de los personajes de sus cuentos, tales como el Topito Birolo, Del Topito Birolo y de todo lo que pudo haberle caído en la cabeza (también conocido en castellano como El topo que quería saber quién se había hecho eso en su cabeza), tienen anteojos negros redondeados, al igual que Erlbruch.
[7] Según Silke Schnettler, quien escribe en el periódico alemán Die Welt, el estilo Erlbruch, cuyos personajes principales son asimétricos y muchas veces desproporcionados pero sin embargo reconocibles, ha sido largamente imitado dentro y fuera de Alemania.
Duck, Death and the Tulip (El pato, la Muerte y el Tulipán) (2008) está protagonizado por un pato que se hace amigo de la Muerte, y en Ein Himmel für den kleinen Bären ("Un cielo para el pequeño osito"), un osezno trata de encontrar a su recientemente fallecido abuelo en el cielo de los osos.