El desplazamiento horizontal en esta modalidad se incrementa mientras que el descenso vertical disminuye, comparado con el paracaidismo tradicional en caída libre.
La inspiración para inventar un traje que permitiera planear al hombre se basa en lo observado con la aptitud para el planeo de la ardilla voladora.
El primer traje aéreo en ser ofrecido al público en general se llamó BirdMan's Classic, diseñado por Pecnik.
Las compañías Phoenix-Fly, Fly Your Body y EG Wingsuits también han desarrollado sus propios programas de entrenamiento basados en sus productos.
Al cerrar el siglo XX la tasa de accidentabilidad ya era muy elevada entre los escasos practicantes en trajes menos desarrollados.
La probabilidad de fatalidad está cifrada en 1/60 saltos base, superior a la Fórmula 1, donde cualquier fallo es letal.