Tiene una altitud de 228 metros sobre el nivel del mar y es un lugar simbólico con un gran significado para los polacos.
El Castillo Real y la Catedral de Wawel están situados en dicha colina.
Este estatus se perdió cuando la capitalidad fue trasladada a Varsovia en el siglo XVII.
Las esculturas interiores, los estucos y los frescos fueron realizados por artistas como Santi Gucci, Hermann Vischer o el propio arquitecto, Georg Pencz.
Una leyenda atribuye su fundación al mítico gobernante Krakus, que lo construyó sobre una cueva ocupada por un voraz Dragón de Wawel.