Tras una etapa inicial como pintor, Pencz se fue inclinando por el grabado de formatos muy pequeños.
Pencz no tuvo como grabador la ambición de Durero, pero insistió en la perfección técnica.
Volvió a Núremberg al año siguiente, y entonces despuntó como retratista, reduciendo su actividad como grabador.
También acusan influencia italiana obras como Mujer dormida con vanitas (1544; Pasadena, EE.
UU., Museo Norton Simon) y la única pintura suya conocida en España Leda y el cisne, incorporada al Museo del Prado en 1985 por donación de Manuel González López.