La final de la Copa del mundo entre Alemania y Hungría que finalizó 3:2, le dio un reconocimiento mundial.Aunque la final parecía encarrilada para los azulgrana cuando Kocsis abrió el marcador, un lamentable fallo defensivo pondría en bandeja el primer gol al equipo luso.Con un Barcelona que había dominado hasta entonces y ve incrédulo cómo Costa salva un gol cantado a cargo de Czibor, Coluna pone, ya en la segunda mitad, el 3-1 para los suyos con un gran chut desde fuera del área.Ya a la desesperada, las ocasiones se suceden sin apenas oposición, pero el Barça se estrella contra los postes de la portería lusa: primero es Kocsis quien remata al larguero, y luego Kubala estrella un potente disparo en el poste, cuyo rechace, para colmo de males, da a parar en el otro palo antes de salir despedido.Así, el gran equipo del 61 dejaba paso a plantillas más mediocres que no ganarían ninguna liga hasta la llegada de otro mito: el neerlandés Johan Cruyff.
Imagen del antiguo Wankdorf antes de la demolición.