Waldeen von Falkenstein
Emigró en 1939 a México, donde se consagró a dar clases de danza, contribuyendo a crear la primera gran escuela de danza mexicana que tuvo como alumnas distinguidas a Guillermina Bravo, Ana Mérida, Amalia Hernández y Gloria Mestre, entre otras.[1] En 1934 se presentó por primera vez en México con el ballet del japonés Michio Ito.Su escuela original había sido la de danza alemana que la había dotado de una gran técnica y disciplina.En aquella ocasión causó un memorable impacto en el medio artístico mexicano de tal modo que fue invitada a regresar por las autoridades culturales, cosa que hizo cinco años más tarde para quedarse en el país el resto de su vida.A su regreso a México estableció su propia escuela, el Ballet Waldeen, del que surgieron figuras destacadas en la danza mexicana.