Se presenta con más frecuencia cerca del final de la obra, pero también puede encontrarse hacia la mitad.
Una de las primeras películas en recurrir a este artificio fue El gabinete del doctor Caligari (Robert Wiene).
La película Héroe (Zhang Yimou) también utiliza este recurso, pues a medida que se conocen las diversas historias de los protagonistas, el supuesto villano termina apareciendo como una heroica víctima.
Tal vez el máximo exponente reciente de este procedimiento sea Memento (Christopher Nolan).
La película, íntimamente relacionada con la amnesia (véase anagnórisis o descubrimiento), se inicia con una ejecución y culmina con el hecho que le dio origen.
Tal y como indica la expresión latina, consiste en iniciar la narración en mitad de la trama para ir reconstruyendo el pasado a medida que se avanza hacia el final de la obra.
Esta técnica es la que probablemente más éxito de público ha tenido en los últimos tiempos.
The Sixth Sense (M. Night Shyamalan) es quizás la obra más conocida de este género.
Está llevada a cabo magistralmente en la novela El club de la lucha (Chuck Palahniuk), adaptada al cine por David Fincher, en la que el conflictivo protagonista pretende detener al controvertido Tyler Durden, su alter ego.
En ella, también relacionada con la amnesia, el protagonista no ha sufrido una clonación, pero sí una completa cirugía facial.
Ya experimentó Jorge Luis Borges con esta estructura en su relato Emma Zunz, en el que la protagonista se cobra la venganza por la muerte de su padre saliendo airosa al construir su coartada en distintos tiempos.
Tal vez el giro más sorprendente de esta modalidad propiciada por la ciencia ficción, en la que el mundo que se muestra no es real, lo ofrezca la película The Thirteenth Floor (Josef Rusnak).
Dignos ejemplos son Casa de juegos (David Mamet), Confidencia (James Foley) y, sobre todo, Nueve reinas (Fabián Bielinsky).
Otro ejemplo es la serie Elementary, en donde parece que el villano era hombre, pero resultó ser la amante del protagonista.
Como en la propia vida, el malentendido o confusión es una inagotable fuente de sorpresas.
Un buen ejemplo es La conversación (Francis Ford Coppola), película que se ubica en la época de las escuchas del Watergate.
En ella, el protagonista, un espía, pretende evitar un asesinato y, por efecto del malentendido, termina propiciando otro.
Esta expresión latina, que puede traducirse como “Dios surgido de una máquina”, se emplea en los finales resueltos por la intervención inesperada de un ser o fuerza superior que soluciona el problema narrativo.
El cual, y esa es la idea, se quede con las expectativas o ilusiones de que habrá una continuación.