Los cuatro motores del avión fallaron dejando al avión sólo con los sistemas críticos haciendo uso de la electricidad de reserva.
La potencia estática en los 747-400 está proporcionada por dos baterías e inversores.
El capitán inició el procedimiento de reinicio del motor que no logró en las primeras ocasiones y que repitió hasta lograr su arranque.
En algunos de los intentos, como uno o más (pero no todos) de los motores comenzaron a operar, el generador principal volvió a conectarse.
En este caso la ceniza causó más de US$80 millones en daños al avión (siendo necesario reemplazar los cuatro motores), pero no hubo que lamentar ninguna víctima.