Esta pérdida se da fundamentalmente en los turborreactores con compresores dinámicos del tipo axial aunque puede aparecer también en los turboarrancadores.
Hay casos en los que el fenómeno se manifiesta de forma imperceptible.
Este fenómeno era algo muy común en los primeros motores a reacción, que contaban con una aerodinámica simple y con el control del consumo de combustible manual o mecánico.
Estas deficiencias fueron suprimidas con la llegada de los agregados automáticos, ya sean hidromecánicos o eléctricos.
Las pérdidas locales reducen en gran medida la relación de compresión, afectado la eficiencia del compresor y aumentando las cargas estructurales a las que son sometidos los álabes.
Grandes fuerzas de estrés pueden afectar al motor y a la estructura, debido a la gran resistencia aerodinámica que crea el compresor del motor afectado.
Sin embargo existen toda una serie de medidas constructivas que han agregado los fabricantes para evitar este fenómeno: El motor del avión de reconocimiento supersónico SR-71 Black Bird, el P&W J58, era conocido por la tendencia a espectaculares pompajes, conocidos como "hard unstart" (algo así como "fuerte sobresalto").
El pompaje en los motores fue tan severo como para causar su destrucción, obligando a la tripulación a realizar un aterrizaje forzoso en una vía pública; 62 pasajeros y 8 personas en tierra resultaron muertos del accidente.
Este mismo avión pudo haber sufrido un pompaje en el motor derecho dos días antes.
La FAA ha establecido el mismo requisito en la directiva de aeronavegabilidad AD 2009-01-01 con efecto inmediato.