Momentos más tarde, el avión cayó repentinamente 100 pies (30,5 m), hiriendo de seriedad a quince pasajeros y tres tripulantes.
[1] El avión dio la vuelta y aterrizó sin incidencias en Tokio, aunque un pasajero, una mujer japonesa de 32 años, falleció.
[5] Quince minutos después, las turbulencias cedieron y la señal de cinturones abrochados se apagó.
[4] Tras el incidente, una mujer japonesa que llevaba su cinturón desabrochado fue localizada tendida en el suelo del pasillo inconsciente y sangrando profusamente.
Aunque el aeródromo Henderson en el atolón Midway fue el aeropuerto más cercano, el capitán optó por regresar a Tokio tras comprobar que el avión se encontraba todavía en condiciones de vuelo y Tokio tenía mejores instalaciones sanitarias para tratar a los heridos.
[4][6] Como resultado del incidente, United Airlines publicó un boletín titulado Encuentro con turbulencia y fallecimiento de pasajero que trataba en detalle los eventos sucedidos en el vuelo 826 y enfatizaba la importancia de una comunicación efectiva.