En 1993, el Passat fue objeto de un rediseño importante, ocasión que Volkswagen aprovechó para relanzar el vehículo como Passat B4.
Con ocasión de este relanzamiento, se abandonó el 1.8 L G60 de gasolina, se mantuvo el VR6, y se generalizó el uso de la tecnología de inyección directa en los motores diésel.