Es poca la información que se tiene de este santo, el culto del cual estaba (y está) restringido a tierras aragonesas y también a algunos lugares del departamento de los Altos Pirineos, Francia (en donde se le conoce con el nombre de «Sent Missolin» [sɛɳmisu'lin] en occitano (AFI)).
En una incursión de milicias musulmanas que entraron a través del puerto se produjeron muchos daños en la tierra del santo, y él mismo se encontró privado de animales y sustento como muchos vecinos suyos.
A partir de ese momento, y éste es el principal milagro que se le atribuye, el joven San Visorio comenzó a predicar por las aldeas y pueblos de su comarca una revuelta que diese fin a las incursiones de los soldados del Islam que, una y otra vez, venían del lado español y tanto mal proporcionaban a esa tierra.
Convencido del poder de la fe cristiana, decidió marchar a predicar el cristianismo a la tierra de la cual habían venido los moros, y atravesó los puertos entrando en el Sobrarbe.
De San Froilán aprendió los secretos del misticismo y de la vida eremítica, acrecentando sus conocimientos sobre la fe cristiana, y a consecuencia de esas enseñanzas acogió a dos discípulos para que aprendiesen, y se quedó a vivir en la cueva en la que había recibido las enseñanzas de San Froilán.