Virgen en oración (Sassoferrato)

[2]​ En este caso, Sassoferrato optó por inspirarse más en el Urbino, cuyas pinturas presentaban elegantes ropajes de brillantes colores y esculturales rasgos faciales.

Pero no fue hasta mediados del siglo XIX que la National Gallery compró tanto la Virgen rezando como la Virgen abrazando al Niño, cuando un renovado interés por las pinturas de Sassoferrato y Rafael se extendió por todo el mundo del arte londinense.

La intensa luz atrae la mirada del espectador hacia el luminoso drapeado azul y los pliegues realistas de la tela.

La paleta del retrato se centra, con gran sencillez, en tres tonos -rojo, blanco y azul-, sin que ningún detalle distraiga la atención de la figura orante.

El brillo del vestido azul, combinado con el fondo negro, acentúa aún más el resplandor de toda la figura.